Nueva York: una ciudad vibrante y luminosa. Coloca en este escenario a cuatro amigas treintañeras que hablan de sexo sin tapujos. ¿El resultado? Una de las series más populares de la televisión de los últimos años: 'Sexo en Nueva York'.
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Su protagonista, Carrie Bradshaw (Sarah Jessica Parker), escribe una columna semanal en el periódico The New York Start titulada Sexo en Nueva York. Allí se hace miles de preguntas acerca de los hombres y su relación con las mujeres. ¿Pueden hacer las mujeres el amor como los hombres? ¿Hay celos entre los amantes cuando ella gana más dinero que él? ¿Puedes ser amiga de un ex novio?
La fuente de inspiración de Carrie son sus propias experiencias y las de sus tres mejores amigas, prototipos de la mujer profesional y liberada. Samantha (Kim Cattrall), una rubia desinhibida. Charlotte (Kristin Davis), la castaña mojigata. Y Miranda (Cynthia Nixon), pelirroja y realista. Todas tienen diferentes posturas respecto al sexo que comparten entre desayunos improvisados y Cosmopolitans (el coctail que puso de moda Carrie). Lo más importante, y en eso se basa el éxito de la serie, es que comentan sus orgasmos, experiencias e inseguridades amorosas sin pelos en la lengua.
Los guiños a la moda son otra de las marcas de identidad de Sexo en Nueva York. Cada personaje tiene unos diseñadores de cabecera. A Carrie, por ejemplo, le pirran los modelitos de Prada, de Hermes, de Louis Vuitton y los 'Manolos' (de Manolo Blahnick) para vestir sus pies. La serie también es un exponente de los restaurantes y clubes de moda de la ciudad.
La fuente de inspiración de Carrie son sus propias experiencias y las de sus tres mejores amigas, prototipos de la mujer profesional y liberada. Samantha (Kim Cattrall), una rubia desinhibida. Charlotte (Kristin Davis), la castaña mojigata. Y Miranda (Cynthia Nixon), pelirroja y realista. Todas tienen diferentes posturas respecto al sexo que comparten entre desayunos improvisados y Cosmopolitans (el coctail que puso de moda Carrie). Lo más importante, y en eso se basa el éxito de la serie, es que comentan sus orgasmos, experiencias e inseguridades amorosas sin pelos en la lengua.
Los guiños a la moda son otra de las marcas de identidad de Sexo en Nueva York. Cada personaje tiene unos diseñadores de cabecera. A Carrie, por ejemplo, le pirran los modelitos de Prada, de Hermes, de Louis Vuitton y los 'Manolos' (de Manolo Blahnick) para vestir sus pies. La serie también es un exponente de los restaurantes y clubes de moda de la ciudad.
Sexo en Nueva York consta de seis temporadas y 94 capítulos. Y engancha. El final creó tanta expectación que los productores de la serie grabaron cuatro episodios para que nadie pudiese filtrar el final elegido. Cada personaje cierra su ciclo y lo hace con muchas sorpresas. Actualmente puedes verla en Cosmopolitan TV.
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